He descubierto que el mundo acaba en tu ombligo.
Más allá no hay nada,
sólo huecos llenos de besos,
sólo ausencias de caricias.
De tu mano no me da miedo lanzarme
al vacío de tus ojos,
ni al azul de tus palabras.
Tu voz resonando en mi cabeza me abraza.
Las sabanas aún calientes,
te hechan de menos,
son más sentimentales que yo.
El hueco que has dejado en mi cama
me hace compañía.
Sé que no puedes quedarte,
lanzarse al vacío es una cosa,
arriesgarme a quererte otra bien distinta.
Cierra la puerta al salir,
no vaya a ser q te de por volver.
sábado, julio 07, 2007
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