lunes, noviembre 20, 2006

recuerdos traicionados

Me pregunto si existen tipos estándar de personas. Si hay algo así como cien tipos de mujeres, cien perfiles definidos con poco margen para la improvisación. Con la misma forma de comportarse, de reírse, de quedarse dormida, de acariciar y cocinar. Con la misma forma de relacionarse, y los mismos gustos.

Y me pregunto esta inmensa tontería, porque no creo en las casualidades.

Tenía quince años y estaba completamente enamorada de N. Me parecía que tenía la boca más bonita del mundo, literalmente, no concebía una boca más perfecta. Pensaba en él cada noche, antes de acostarme, después de apagar la luz, imaginaba que estaba a mi lado y podía abrazarlo al cerrar los ojos. Cambie mi ruta al instituto, la nueva era mucho más larga, pero a veces, si pasaba por su puerta entre las ocho y once y las ocho y catorce podía verlo salir de casa. Iba detrás de él, nunca me atreví a decirle que estaba ahí atrás, caminaba a pocos metros de él, y enseguida lo perdía de vista al girar la esquina. Duraba muy pocos minutos, su instituto de curas estaba demasiado cerca de su casa. Pero esos minutos eran lo que me hacían sonreír el resto del día.

Así pasaron los meses, contando los días que faltaban para que llegara el martes y el jueves y nos sentáramos juntos en clases de inglés. Llegó junio, y ante la idea de romper la pequeña rutina que me hacía sonreír, en un alarde de valentía ( ni yo misma podía, ni puedo aún creerlo) corrí tras él y le dije todas las tonterías románticas que se le pueden pasar por la cabeza a una niña de quince años.

Tres días después cuando me acompañaba a casa por la noche, antes de darme mi primer (y horrible, pero encantador) beso; me habló de su única experiencia anterior con el sexo opuesto. Era una rubia, creo que medio americana. No se porqué hacemos eso, porqué hablamos siempre de las ex en las primeras citas, y peor aún, no entiendo porqué nos sentimos amenazados por ellas. Las ex siempre ocupan al principio de cualquier relación, un lugar quizás no más importante, pero si mayor, que nosotras. Somos nuevas, estamos luchando por hacernos un hueco en vuestra memoria emocional, y ellas ya lo tienen. Lo fácil sería pensar que si ahora somos nosotras las que recibimos su abrazo y no ellas, será por alguna razón, por la misma por la que no debemos preocuparnos.

Pero lo cierto, es que casi siempre hablamos de los ex, traicionando inclusos detalles, que no deberían ser contados. Creyendo que eso, que asistir a su traición, nos sitúa por encima de ellos, nos hace ocupar ahora el hueco que ese detalle ocupaba, y así, poco a poco, creemos invadir la memoria emocional de la persona a la que amamos, y así poco a poco borrar el hueco que alguien ocupaba antes. Como si fuese posible borrar el recuerdo o los besos ya dados, o los que nunca se dieron.

Esa rubia no me caía bien. Me parecía tonta, pija y con voz de rata. A los cuatro días de nuestro primer beso, fuimos a la playa. Era verano, la noche anterior, me había prometido llevarme a la playa en invierno; los surferos se pasan el inverno en la playa y el verano de camping. Pero no fui con él a la playa en invierno, de hecho no fui nunca más a la playa, ni a ningún sitio con él. Mi primera historia de amor duró 4 días.


Un par de meses después, me dejé besar por un niño muy mono. Entre beso y beso traicionó detalles de su larga lista de conquistas. La rubia era una de ellas.

Poco más de un año después, con la excusa de que le enseñase francés, el guapo del instituto invitó a la empollona a su casa. Salimos durante dos años, aunque aún no entiendo muy bien porqué. Nos queríamos, pero éramos absolutamente distintos. Jugador de baloncesto, repetidor, quería ser negro. Grupo de teatro, clases de danza, vegetariana.

Traicionó a todas las que había besado en su vida por supuesto. También lo hice yo. Entre nuestras traiciones había una pareja. La jugadora de baloncesto que salió con él durante varios meses, era la novia del heavy que me dejó medio tonta todo el verano.

Significa eso, que entre la rubia, la jugadora de baloncesto y yo había algo en común? Al menos teníamos gustos parecidos, eso estaba claro. Pero si habíamos gustado a los mismos chicos, es bastante probable que todas encajemos en el tipo de chicas que le gustan a ellos. Encajamos en un tipo de chicas por tanto. Esas ex, que nos caen tan mal, son probablemente, las tías más parecidas a nosotras mismas.

Haciendo memoria, hay más de una ex traicionada con la que comparto más de un chico. Hace un par de meses, fui a tomar café a casa de un amigo. Nunca se lo he dicho a nadie, pero su compañero de piso me llamaba la atención últimamente. Me di cuenta de que realmente me gustaba aquel día, cuando tomaba café en la terraza y él no salía de su cuarto. Horas más tarde, por fin apareció, salió de su cuarto con una pelirroja muy guapa. La misma pelirroja que ayer me miraba mal cuando abracé sorprendida (pues estábamos en otra ciudad) a mi último chico, al último importante al menos.

Esta vez seré yo la traicionada supongo, si es que ocupo un lugar lo bastante importante en su memoria emocional como para serlo. Lo curioso de estar de este lado, es que a pesar de todo, a pesar de no estar escribiendo en la memoria de nadie, es mucho más divertido desde aquí. Es mucho mejor ser un recuerdo que competir con ellos.

Tenía ganas de acercarme a ella y decirle que no pasaba nada, pero hubiese sido peor. Así que cuando me di cuenta deje de abrazarlo. Y es que seguramente me parezca más a ella de lo que cree, y se que prefiere que siga hablando con él, que no me marche repentinamente, se que no quiere sentir que está celosa y que me ha echado con la mirada; se que si me quedo y actúo con naturalidad sentirá que lo está haciendo bien, sentirá que ha controlado ese deseo de ocupar el lugar de mis recuerdos. Y como se parece a mí más de lo que cree, me cae bien, y me quedo, pero sólo un poco, lo justo. Luego hago mutis por el foro, y la dejo que siga escribiendo sobre lo que quedaba de mí.

Quizás sea casualidad, pero creo que debe haber algo en común entre todas. Y estoy segura, de que si no hubiesemos conocido a los mismos hombres,nos llevariamos muy bien.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno...es una teoría, pero dale la vuelta...Piensa en si esos chicos que tienes en común con ellas se parecían entre ellos. Muy probablemente no sea así, no creo que os parezcais entre vosotras, simplemente habreis coincidido en un grupo de amigos, o algún amigo de esos chicos era o es amigo vuestro.

Yo, al menos, estoy seguro de que mi novia no se parece absolutamente nada a las anteriores, como estoy seguro también de que yo no me parezco en nada a sus anteriores chicos.

De hecho, cuando una relación no te ha ido bien intentas no cometer los mismos errores con la siguiente e intentas evitar esas cosas que tan malas vibraciones te dan cuando te resultan parecidas a una situación anterior.

Anónimo dijo...

bueno, en cierta medida la vida esta llena de causalidades, no creo que las cosas pasen por que sí,seguramente tenemos que enferntarnos a esas mujeres,ke en realidad en algún momento somos nosotras mismas.

lapayasalunera dijo...

Moker, llevas razón, cuando algo va mal todo lo que se le parezca te da un mal rollo,...pero al final no se como lo hago, que siempre acabo con el mismo tipo de hombres.
pero estos chicas no tienen ninguna conexion conmigo( solo ellos), y tampoco hay ninguna conexion entre ellos.sera casualidad?

Anónimo dijo...

¡Oh! Tras mis abandonos todos me sustituyen por rubitas de pelo rizado, ¿de verdad tengo en común con ellas?!? jeje.
;)